¿Has usado una forma de Medicina Alternativa?

domingo, 20 de mayo de 2012

He corrido cada día por casi cuatro años. Porque me dolí el cuello, no puedo correr. Mi terapia física me ayuda cada día ser más fuerte. En vez de correr, ahora camino por una hora pero espero que pronto puedo hacer todo lo que quiero. Comí yogur, col rizada, y jugo.

sábado, 19 de mayo de 2012

Hola, me llamo Brandi y acabo de graduarme de la universidad de Colorado en Boulder con un titulo en español. Ahora tengo mucho tiempo libre y quiero mantener escribiendo en español. En ese blog, porque era para mi clase de escritura avanzada con un tema de medicina alternativa, quiero mantener ese tema por escribir sobre mi dieta y como vivir.

Soy vegetariana y ahora no quiero comer o productos lácteos o productos con gluten. Pero pienso que va a ser muy difícil, y tengo miedo de que no voy a comer suficiente comida.

Escribiré más tarde

miércoles, 2 de mayo de 2012



Ana hace Yoga

Ana puso su libro en la mesa y se inclinó para mirarse en el espejo. Desde el momento en que su novio rompió la relación, Ana no podía dejar de juzgarse a si misma. ¿Por qué no era lo suficiente buena para él? Quizás, ella piensa, tiene que perder unas libras, tal vez entonces Jaime saldrá con ella otra vez.
            Jaime era como una droga para ella. Ella necesitaba una purificación, una cura por su obsesión. Su compañero de cuarto le había recomendado yoga como una forma de medicina.
“No es saludable” Laura le ha dicho a Ana, “Jaime es un majadero y mereces un novio mejor que él. Cuando Esteban rompió conmigo, empecé a hacer yoga y nunca me había sentido mejor”.
            Mientras se estaba examinando en el espejo, empezó a pensar sobre el yoga y lo que podía hacer esta actividad contemplativa para ella. Si pudiera aclarar su mente, quizás los pensamientos de su porvenir juntos no la atormentarían más. Y, añadió la voz pequeña que vivía en la parte posterior de su mente, el yoga es muy bueno para el cuerpo. Ella podría aparecer en los lugares que sabe que Jaime siempre visita para mostrarle lo que ya no está en su vida. Sí, ella decidió, haré yoga cada día. Y comeré bien también. Pizza, ya no, ni soda.
* * *
Bip. Bip. Bip.
En lugar de gemir y golpear el botón de repetición, como de costumbre, Ana se sentó y puso los pies en el suelo. Era el momento de comenzar su rutina nueva y hoy era el día. Las frías baldosas contra los pies descalzos se sentían bien y suaves, tan bienvenido como una brisa en un día abrasador. Ana salió rápidamente de la cama, se quitó la ropa, y corrió tan rápido como pudo a la ducha.
Todos los pensamientos se desvanecían cuando las primeras gotas de agua fría golpeaban la cabeza de Ana. Suavemente ajustó la perilla y sentía la tensión saliendo lentamente de sus hombros, mientras el agua caliente llegó a acariciar su espalda. La lluvia había hecho su trabajo y Ana se sintió suficientemente relajada para comenzar su sesión de yoga y meditación.
Finalmente Ana estaba en su habitación con la estera de yoga con todo listo pero ella no sabía cómo empezar. Se sentía estúpida, se sentó en el suelo, y se topó con un millón de cosas que la despistaron. Primero pensó que era demasiado oscuro, por lo que abrió las persianas. Luego ella pensó que su habitación era desordenada, por lo que hizo la cama. Miró el reloj y se dio cuenta que había perdido 30 minutos sin hacer nada. Ella se levantó, se acercó a la habitación de Laura y le dio tres golpes en la puerta.
"¿Laura? ¿Estás despierta?"
"Mmmmm. Vete" Vino una respuesta amortiguada desde el interior de la habitación.
"No sé cómo empezar esta cosa yoga, ven a ayudarme por favor!"
"Uf, está bien. Dame un minuto".
Cuando Laura salió Ana no podía creer que solo hacía cinco minutos que su compañera de cuarto había estado dormida. Ella se había peinado, se había lavado la cara, y se había vestido ropa de yoga adorable, un sujetador de rayas rosas y blancas y pantalones de yoga que había comprado en Victoria 's Secret. Laura desplegó su alfombra al lado de la de Ana y se sentó con las piernas atravesadas. Ella colocó sus palmas hacia arriba en su regazo y miró a Ana.
"Siéntate" dijo.
Laura le enseñó cómo hacer algunos ejercicios de respiración profunda y la llevó a través de la secuencia del saludo al sol que hacía todos los días.
* * *
Hace un mes que Ana ha empezado a hacer el yoga todas las mañanas. Ella puede ver la diferencia en su cuerpo, pero la cosa más importante es que ella puede sentir la diferencia. Se siente más ligera, no sólo físicamente, sino emocionalmente. Ella ya no piensa constantemente en Jaime ni se libra de sus sentimientos tristes al comer. El yoga ha sido sin duda la cura que necesitaba para su vida.
“Puedo ver la diferencia en ti, Ana, pareces una persona completamente diferente.” Laura le dijo recientamente a Ana con un tono de voz casi envidioso.
“Si, al comienzo no quería despertarme tan temprano, pero ahora lo veo como algo natural y no puedo recordar los días sin yoga.”